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lunes, 23 de mayo de 2011

Cabal, de Clive Barker

Argumento

Aaron Boone lleva tiempo sufriendo espantosas pesadillas en las que se ve cometiendo los crímenes más atroces. su psicólogo, el doctor Decker, lo convence de que esos asesinatos han ocurrido realmente, y Boone decide quitarse la vida. Pero parece que la misma Muerte retrocede ante él, y el único refugio que le queda a Boone es Midian, un terrible y legendario lugar habitado por monstruos, las razas de noche...

Opinión

Puede que la película fuera un fracaso, pero yo la recuerdo como una de las más terroríficas de mi infancia, sobretodo la escena del tío ese de las cuchillas en los pulgares. Ver eso cuando eres un niño acaba traumatizándote para el resto de tu vida. Incluso hoy día, sabiendo que es látex, hace que me retuerza en el asiento.

Entre el libro y la película hay algunas diferencias sobretodo al final, en el destino de algunos personajes, algo que me soprende siendo el propio Barker el director y guionista.
Una de las diferencias más importantes para mí es lo que ocurre con Narcisse, el tío de las cuchillas en los pulgares. En el libro se arranca la cara, literalmente. En la película se arranca todo el pellejo de la cabeza y la cara es lo único que deja intacto.
Pero basta de hablar de la película.

Hace años los libros de Clive Barker estaban descatalogados en España y era tarea casi imposible hacerse con algún ejemplar. Por suerte, ahora están empezando a aparecer, aunque no todos. Hace tiempo me leí
 tres libros suyos en pdf (Cabal, el Ladrón de días y los Libros de Sangre I), pero tener físicamente uno de sus libros más importantes en mis manos es algo que jamás pensé que llegaría a ocurrir.

¿Qué decir del libro? Es maravillos y terrorífico a un tiempo. Las descripciones son tan claras que puedes imaginarlas tan fácilmente como si estuvieras en el mismo libro. Y su forma de escribir, tan natural, convierte sus viscerales escenas de terror (y las de sexo, porque con todo lo que pasa los protagonistas hasta tienen tiempo de echar un polvo) en pura poesía.
Los únicos puntos negativos son su brevedad (250 páginas) y ese final tan abierto. Por lo demás, este es uno de sus clásicos imprescindibles.

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